ha llegado esa época del año en la que me gustaría abrazarme a un termo de earl grey
y dejar que me cubran las hojas
cayendo una a una
con sus colores
y su crujir
capas y capas
de hojas
no estoy segura, pero creo que un señor mayor me ha tirado los trastos cortejado en el tren
- Soy Bremense
- Ah, nunca he estado en Bremen, pero en noviembre iré unos días
- Entonces la invitaré a comer
así, de usted
como si de una canción de mocedades se tratara
hoy he hecho unas lentejas…mmmmh
me han quedado riquísimas
el truco está en poner todos los ingredientes en la olla exprés
irse a mirar cosas por internet y, ojo, este paso es muy importante:
olvidarse de que la olla está en el fuego
se llama cocinar de oído y consiste en que cuando oigas el vapor a tope saliendo contra la pared de la cocina
tienes que salir corriendo y apagar el fuego
así, sin pensarlo
buenísimas
el gringuito está imparable
desatado, experimentador incansable, feliz
no, no está de erasmus
está en esa edad, en torno al año, en la que lo está empezando todo
esa edad en la que l@s niñ@s
representan lo mejor de las personas
y de los perros
os escribo desde un coworking
uno de esos sitios a los que va gente de su padre y de su madre
a trabajar en algo
.
este no parece ser un coworking de los de ir a mirarse un@s a otr@s
más bien recuerda a la casa de toda la vida de una abuelilla ya mayor
con un poquito de diógenes
y huele exactamente a eso pero sin gatos
.
es muy berlinés
y, aunque hay varias gafas de pasta y alguna barba,
cuesta la mitad que los otros
.
me gusta
.
ayer al llegar me encontré con una orquesta y coro ensayando
– perdona, no es así todos los días, es algo puntual
lástima, pensé
– no importa – dije
.
hoy una mujer me ha ofrecido un earl grey y me ha preguntado si soy actriz
.
click
me gusta
Filed under: berlin, curro, español, text | Etiquetas: alemán, ONG, sw, vuelta al trabajo
ayer volví al trabajo después de un año de muchísimo trabajo en casa con el gringuito
volví a un trabajo nuevo en una ONG alemana que ha bebido mucho de attac
y, hablando de beber,
la mezcla de política y activismo con arquitectura del software
en alemán
me ha recordado a mi primera y última borrachera de vodka:
tengo un dolor de cabeza tremendo y no alcanzo a recordar la fiesta